
Tener una experiencia menstrual más positiva puede sonar extraño. Lo entiendo, a veces es difícil sentirte bien con tu período en un mundo donde aprendemos más bien a tener vergüenza de nuestro cuerpo y de sus procesos naturales. Es difícil si además cada menstruación es sinónimo de dolor e incomodidad.
Pero es posible tener una experiencia menstrual más positiva.
Es cierto que no hay remedios mágicos ni inmediatos, pero sí mucho que podemos hacer para, poco a poco, mejorar la relación con nuestro ciclo y, por lo tanto, con nuestro cuerpo.
Hoy quiero compartirte tres prácticas que para mí han hecho una gran diferencia:
1. Empezar a llevar un registro diario de mi ciclo

En serio. Nada me ha ayudado más a entender mi ciclo como esto.
Desde hace más o menos 3 años llevo un diario en el que (casi) todos los días tomo nota del día del ciclo en el que estoy y cómo me siento, principalmente en tres aspectos:
- Mental: Calidad y cantidad de mis pensamientos. Si me siento extrovertida o más bien introspectiva.
- Físico: mi digestión, cómo duermo, mi nivel de energía, sensaciones, libido, antojos, etc.
- Emocional: Mis sentimientos y la estabilidad emocional que tengo en determinado día.
Todas estas cosas tienen un patrón muy específico que se modifica en cada una de mis fases.
Por curiosidad también he registrado cosas como la manera en la que gasto dinero o qué tan ordenada o desordenada soy, y sí, también he encontrado tendencias súper claras en mi ciclo.
Esta práctica me está ayudando a volverme experta en mí. Ahora tengo más idea de cómo es mi propia experiencia cíclica y de lo que es normal o no en mi caso. Esto me ayuda a ser mucho más gentil conmigo y a detectar cuando algo no va bien.
2. Usar una copa menstrual

La sangre menstrual era algo súper desagradable para mí. Lo confieso, me daba asco. Y desde que tuve mi primer periodo nada me daba más miedo que manchar mi ropa o mis sábanas. Todo esto, más el dolor y la incomodidad hicieron que creciera viendo esos días del mes como una verdadera maldición. Pero cuando empecé a estudiar cómo funciona mi ciclo, aprendí que la sangre menstrual es un excelente indicador de mi estado de salud: el color y consistencia me dan pistas de los niveles de estrógeno en mi cuerpo y su equilibrio con respecto a la progesterona.
Motivada por la curiosidad de entender más, empecé a usar una copa menstrual. No voy a decir que amé la experiencia desde el principio; tuve una curva de aprendizaje de más o menos 4-5 ciclos que requirió práctica y paciencia. Pero empezar a ver mi sangre del color que realmente es (las toallas y tampones tienen químicos que hacen que el color cambie), tocarla y darme cuenta de que NO HUELE MAL me ayudó a romper muchas creencias negativas.
Los beneficios de usar una copa a nivel personal y ambiental son muchísimos, y sí, tiene sus desventajas también. Para mí lo más importante ha sido tener un contacto positivo con mi sangre y empezar a verla como algo natural.
3. Aprender a leer mis signos de fertilidad.

Saber cómo cambio durante mi ciclo y sincronizar mi agenda para sacar provecho de mis hormonas sonaba increíble en teoría. Pero la realidad para mí es muy distinta porque mi ciclo es irregular. Debido a mi Síndrome de Ovarios Poliquísticos, a veces tengo ciclos de 27 días, de 35, de 41, ¡hasta de 60!… ¿Cómo se supone que voy a organizar mi agenda si no tengo la menor idea de cuánto dura cada fase?
La clave ha sido aprender a identificar cuándo ovulo, usando un el método sintotérmico.
A muuuy grandes rasgos, el método sintotérmico consiste en llevar un registro diario de tres signos de fertilidad:
- Calidad de mi flujo cervical.
- Temperatura basal corporal (temperatura al despertar).
- Posición del cérvix.
Con estudio de respaldo y sobre todo observando mi cuerpo TODOS LOS DÍAS aprendí que estas tres señales cambian durante el ciclo, dependiendo de si soy fértil en ese momento o no. Gracias a ellas puedo saber si he ovulado.
Dato importante #1:
No hay manera de predecir cuándo vas a ovular, pero sí puedes confirmar si has ovulado y cuándo.
Saber cuándo ovulo no solo es útil para buscar o evitar un embarazo, es FUNDAMENTAL para monitorear mi salud hormonal y para saber la longitud de cada una de mis fases. Me explico:
Dato importante #2:
La fase preovulatoria se considera una fase “plástica”, lo que quiere decir que su duración puede variar de un ciclo a otro. En cambio, la fase premenstrual dura exactamente entre 14-16 días: empieza justo un día después de la ovulación y termina cuando llega el período.
Tal vez no pueda predecir qué tan larga va a ser mi fase preovulatoria, pero una vez que ovulo puedo saber exactamente cuándo estaré en la fase premenstrual y sobre todo la fecha exacta en la que tendré mi período. Así es más fácil hacer algunos ajustes en mi agenda para cuidarme mejor durante la parte final de mi ciclo.
Lo que me gusta del método sintotérmico es que me ha ayudado a profundizar mi conocimiento sobre salud hormonal, porque las señales de fertilidad están directamente relacionadas con los niveles hormonales en tiempo real. Increíble, ¿no? Aprender todo esto fue un poco tedioso al principio, pero con el tiempo se ha vuelto una rutina muy simple de cada mañana y es algo que nunca me voy a cansar de recomendarte.
Dato importante #3:
Usar el método sintotérmico para prevenir un embarazo requiere mucho estudio y un seguimiento más detallado de los síntomas. No todos los métodos de fertilidad consciente son adecuados para todas. Platica con un profesional de la salud si te interesa usar alguno de ellos como anticonceptivo.
El poder de los pequeños pasos.
Mi camino no ha sido perfecto y aún estoy tratando de romper muchos patrones aprendidos. Tener una experiencia menstrual más positiva ha requerido compromiso conmigo misma; es un proyecto a largo plazo en el que intento trabajar al menos 1% más todos los días.
¿Qué tipo de cosas haces tú para tener una experiencia menstrual más positiva?
Me encantaría leerte en los comentarios :)

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